El BIM (Building Information Modeling) o también llamado Modelado de información para la construcción o edificación es una tecnología que constiste en generar y gestionar datos de un edificio durante todo su ciclo de vida, desde que el edificio es tan solo una idea hasta que está en funcionamiento o uso. Para ello, se usa software dinámico de modelado de edificios en tres dimensiones y en tiepo real (4 dimensión), para disminuir la posibilidad de errores y poder subsanar los que haya antes de empezar la ejecución o construcción del edificio. Para Antonio Manuel Reyes, experto en BIM y director del Spanish Journal of BIM, "se trata de construir dos veces, la primera en virtual y la segunda en la realidad". Durante el Meeting Shop de Azulejos Peña organizado por la revista Tu Reforma esta semana, este experto explicó las siete dimensiones del BIM: el modelado en 3D, en tiempo real (4D), la gestión más eficiente del presupuesto (5D), la detección de la eficiencia energética del edificio (6D) y la facilidad de gestionar el mantemiento del edificio una vez proyectado y ejecutado (7D).
El proceso del modelado BIM abarca la geometría del edificio, las relaciones espaciales, la información geográfica así como las cantidades y calidades de todos sus componentes (por ejemplo, información detallada de dimensiones, calidades, colores de los platos de ducha de ese edificio). El BIM puede ser utilizado para ilustrar el proceso completo de edificación, de mantenimiento e incluso de demolición (ahora se reciclan más materiales). Cantidades de materiales y propiedades compartidas pueden ser extraídas fácilmente. Además, mediante este sistema se pueden realizar diferentes análisis referentes a la climatización (¿será eficiente?), la accesibilidad (¿será este edificio accesible?) , etc. Ejecutar un proyecto con BIM permite mejorar la ejecución del mismo ya que se detectan posibles errores en la ejecución virtual y, con ello, se ahorran contratiempos. La representación asistida por ordenador basada en objetos es un cambio sustancial en la tradicional elaboración basada en la representación vectorial.
Los datos incluídos en un proyecto BIM pueden ser vistos por todos los agentes del proceso: promotores, banco, constructor, fabricantes, etc. Con esto se consigue una comunicación más fluida y una mayor facilidad para detectar errores. Es una tecnología que ya se utiliza en Estados Unidos, Canadá o Escandinavia y está empezando a usarse en Reino Unido. En España no es obligatorio aunque el Ministerio de Fomento está empezando a coordinar las labores para su implantación en el sector de la construcción pública, prevista para 2018. Su origen está en los años 80 con los primeros programas de CAD utilizados para realizar las primeras construcciones virtuales en tres dimensiones. Su objetivo es que los diferentes actores del proceso puedan intercambiar e interoperacionalizar información en formato digital, en tiempo real y desde cualquier punto del planeta.